Cosiaca

José García no era precisamente como se le conocía. Cosiaca es el nombre con que todos recuerdan a este popular personaje del siglo XIX y principios del XX. Para ningún antioqueño es desconocido Cosiaca, un simple vagabundo que deambuló por las calles de Medellín y algunos municipios de Antioquia y que se hizo popular por las ocurrencias con que siempre contestaba, a veces divertidas y otras vulgares. No se precisa el lugar donde nació, unos dicen que en Envigado, otros, que en Heliconia o Jericó. Tampoco se conoce la fecha de nacimiento, su fama la hizo debido a la forma de ser y de responder a lo que le dijera la gente. Alrededor de Cosiaca giran muchas historias que lo han mitificado. Sus cuentos son muy conocidos y no hay testamento del paisa que no los cite. Murió muy anciano en 1910 en la casa de los pobres, donde lo atendieron las religiosas.
Cuenta Javier María en la revista La Hoja de Medellín, que como último deseo antes de morir, una monjita le preguntó que si quería alguna cosa o alguna petición. Cosiaca le pidió que le llevara un médico y un abogado. Cuando llegaron los dos personajes al asilo,los hizo sentar cada uno al lado de la cama, pero Cosiaca permaneció en silencia. Ante la tensión del cuarto, la monja le preguntó que para qué los había hecho llamar y él contestó: “como yo me estoy muriendo, quiero que sea como Jesuscristo, en medio de dos ladrones”.
ALGUNOS CUENTOS DE COSIACA
Este Cosiaca siempre es que es muy avispao! Ese no se varaba nunca, y por pobre que estuviera siempre andaba de buen humor y por lo menos la lata se la levantaba.
En una ocasión llego a Guaca. Allí había unas fiestas muy alegres que estaban en su fina.
– ¡Valientes fiestas tan buenas! -Dijo Cosiaca- . Aquí sí que voy a pasar yo bien sabroso… pero, lo importante ahora es ir a almorzar, que está haciendo mucha hambre!
Se entro en una fonda, muy campante, aunque sabía que no tenía para el almuerzo.
Llego al comedor, se acomodó bien y dijo:
-Bueno mi señora. Necesito que me sirvan un almuercito bien bueno. Pero tal como me lo sirven en mi casa.
como no señor. Ya mismito.
Le trajeron el almuerzo. Se lo comió y fue a salir muy orondo sin pagar. Cuando lo atajó la mujer:
– Oiga, señor: ¡usté no ha pagao!
– Qué voy a pagar, mi señora, si yo le advertí que me sirviera un almuerzo como me lo sirven en mi casa y en mi casa no me cobran….
***
Iba Cosiaca por la calle y al verlo un hombre al que le debía un cuarto, le gritó:
-El cuarto Cosiaca. El cuarto.
-Honrar padre y madre… -contestó corriendo.
***
Cosiaca le pidió limosna a un caballero, y éste le respondió:
-No tengo menuda.
Cosiaca entonces dijo:
-Esa es la carga de todos: “no teo menuda”, “no teo menuda”, como si a Cosiaca no le gustara la gruesa.
***
Después se puso Cosiaca fue a tomar aguardiente. Y fue hasta que se emborrachó. Borracho cayó en media calle, en el caño. Y ai se quedó dormido. Venía el dijunto Eladio Jaramillo con la señora, pa misa de cinco, y vio a Cosiaca ai tirao, en medio caño. Y le dió lástima. Entonces lo alzó pa subilo a l’acera. Apenas lo acomodó en l’acera, se dispertó Cosiaca emberriondao, cogió una piedra y se l’aventó a don Eladio. Y apenas decia izque:
-¡Estos malditos ricos, que no pueden ver un pobre acomodao!
REFERENCIAS
-Revista La Hoja de Medellín N° 32 Junio de 1995
-Jaramillo Londoño, Agustín. Testamento del paisa
-López Jaramillo, Humberto. La biblia paisa, Pa’ que vea pues..

No hay comentarios.:

Publicar un comentario