El Museo de Arte de Medellín "Francisco Antonio Zea",
denominado así en homenaje a la memoria del político, científico
y prócer medellinense del mismo nombre, se constituyó, como
todos los museos del mundo, por donaciones o merced a la compra de muchas
de sus piezas, muy heterogéneas y sin gran valor artístico,
como lo fueron las colecciones de cerámica, las de numismática,
pájaros de la región, retratos de héroes, etc.
Se inició éste en el año de 1881, gracias a que el
estadista Pedro Justo Berrío, con dineros públicos, adquirió
parte de las colecciones citadas. de manos del doctor Manuel Uribe Angel
y del coronel Martín Gómez.
Principió a funcionar el Museo como dependencia de¡ Departamento.
abriendo sus puertas al público sólo dos días por
semana, en unas instalaciones insuficientes en la antigua Gobernación
de Antioquia. Al demolerse esta construcción para dar paso a la
actual, el incipiente Museo se vio obligado a recoger y guardar todas
las obras existentes, hasta el año de 1942 en el que la honorable
Asamblea Departamental ordenó su reorganización, bajo la
tutela de la Academia de Historia.
En el año
de 1944 pasó el Museo a la Sociedad de Mejoras Públicas.
a cuyo amparo se abrió su período más promisorio,
gracias a la ingente labor de¡ señor Joaquín Jaramillo
Sierra, Presidente entonces de dicha Sociedad, y gracias, asimismo, a
la señora Teresa Santanlaría de González, Presidenta
de¡ Cuadro de Honor, quienes supieron sortear pacientemente todos
los formalismos oficiales y poner al servicio de esta causa su tesón
y amor encendido por la cultura.
Su crecimiento normal fue señalando la urgencia de nuevas y más
apropiadas instalaciones y fue así como la Junta de¡ Museo
y la señora Teresa Santamaría de González hicieron
llegar sus demandas ante el Municipio de Medellín con el fin de
obtener un local que llenara mejor sus necesidades. "Obtuvimos el
permiso, anota doña Teresa, y tomamos una casa en arrendamiento
en la Carrera Sucre", de construcción antigua y hermosa',
con patio solariego y ajustada a las necesidades y costumbres de entonces.
Surgió luego la rigurosa selección de las obras en los años
de 1947 y 1948 bajo la dirección de la señorita Enriqueta
Séculi Bastidas, con el fin de proceder a su reinauguración,
señalándose este hecho como la reafirmación y el
principio de la tradición que ha conservado hasta hoy.
Las preocupaciones
para darle una organización sólida y acrecentar su patrimonio
artístico, fueron culminando con la obtención de la personaría
jurídica otorgada por Resolución número 37 de 1953
y con la decisión de interesar a los coleccionistas privados, a
la Banca, a la Industria y demás organizaciones.
Atendido este requerimiento,
el local fue ya insuficiente para dar cabida a las obras que iban llegando.
Agregada a esto, surgió la necesidad de cambiar la sede de¡
Museo, por solicitud que hicieron los dueños de la propiedad, viéndose
obligado entonces a trasladarse a otra residencia situada en la Calle
53 (Maracaibo), con la Carrera Unión, número 46-6, edificio
demolido hoy para dar paso a la Avenida Oriental.
Finalmente pasó
a su sede actual, la antigua Casa de la Moneda, después de varios
trámites realizados por la Junta Directiva de ese entonces. Adquisición
cuyo origen fue el siguiente: El Banco de la República quiso unificar
todas las Casas de Moneda existentes y para el efecto el Departamento
de Antioquia vendió ésta a dicho Banco, ocasión que
la Junta del Museo aprovechó para formular una solicitud ante el
Ministro de Hacienda, con el fin de lograr que dicha casa fuera donada
para destinarla al Museo de Zea. En este proyecto trabajaron muchas personas
interesadas en la cultura, como el doctor Carlos Gómez Martínez,
Gerente en ese tiempo del Banco de la República en esta ciudad,
quien junto con el Alcalde de Medellín y otros funcionarios firmaron
la escritura pública donde se hacía la donación.
Vinieron luego los
estudios de reparación y adaptación que terminaron felizmente
con el traslado de las colecciones y la nueva apertura del Museo el 2
de mayo de 1954.
Con el transcurso de los años, este cuerpo viviente exigió
una nueva ampliación, una nueva selección de sus obras,
así como el mantenimiento de reservas. Aquellas obras de valor
histórico y otros enseres pasaron a las entidades correspondientes.
Los trabajos de remodelación fueron enconmendados a los arquitectos
Luis David Vásquez y Jaime Geale Ramos, en tanto que la parte exterior,
que hoy ofrece un sabor de arquitectura tradicional, se le confió
a la Oficina de Planeación Municipal a cargo de la arquitecto Cecilia
Saldarriaga de Sánchez. Los gastos correspondientes salieron del
legado testamentario de don Ricardo Olano y los de embellecimiento exterior
corrieron de cuenta de la firma Postobón, bajo la gerencia del
doctor Carlos Ardila Lülle.
Después de
esta remodelación el Museo abrió nuevamente sus puertas
al público en el mes de agosto de 1972.
En el transcurso
de los últimos años, por el desarrollo artístico
y cultural de la ciudad, el Museo se ha visto obligado a atender las variadas
solicitudes de un público que desea tener la oportunidad de admirar
los Salones Oficiales y Semioficiales de Arte, así como las exposiciones
individuales y colectivas de artistas nacionales y extranjeros. Por ello,
el Museo ha tenido que bajar periódicamente sus colecciones en
atención a estas justas solicitudes.
De la misma manera
ha tenido que brindarle al público la oportunidad de estudiar y
en consecuencia ha abierto talleres de Cerámica, Dibujo, Grabado,
Pintura, Fotografía y las cátedras de Historia del Arte
Universal y de Colombia.
Todas estas circunstancias, hicieron que la Directora de la Institución,
doña Teresita Peña de Arango, planteara a los cuerpos oficiales
pertinentes la urgencia de una ayuda eficaz para ampliar el local tan
adecuadamente que pudiera ofrecer al público sus colecciones en
forma más permanente, modernizada y dinámica.
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